Hogares para el bienestar
Ayer tuve la oportunidad de organizar y formar parte de la mesa redonda junto con Elisabet Silvestre y Marina Caño en Cosentino City Barcelona para conversar con otros profesionales sobre “Hogares para el bienestar” dentro de la Barcelona Design Week que este año lleva el lema “Design for human future”.
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¿Cuál es la clave para diseñar hogares para el bienestar?
Primero de todo déjame contarte llevo 10 años trabajando en proyectos de rehabilitación y reformas de casas y lo hago de una manera poco convencional y muy sensible. Además, dedico parte de mi tiempo a realizar formaciones. Soy formadora oficial de Rhinoceros así como de otros programas para la representación arquitectónica y últimamente he impartido talleres y charlas sobre la NeuroArquitectura.
¿Y qué es la NeuroArquitectura?
Neuroarquitectura es una disciplina de la neurociencia que pretende explicar cómo los espacios nos afectan, a las personas. A veces los espacios nos afectan de forma consciente, aunque la mayoría de las veces lo hacen de manera inconsciente.
Por tanto, diseñar a través de estrategias de diseño basadas en la neuroarquitectura significa (a grosso modo) que se realizan los proyectos poniendo al usuario en el centro del diseño. Que todas o la mayoría de decisiones pasen por pensar en cómo este usuario vivirá, utilizará, sentirá y disfrutará el espacio proyectado. Es decir, se tiene en cuenta el comportamiento humano para el diseño además de los criterios técnicos, normativos, funcionales y económicos que finalmente completan el proyecto.
Te dejo un par de artículos en los que explico qué es la NeuroArquitectura y cómo llego a ella.
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Me encanta esta definición: la arquitectura es una bella arte con una parte de técnica. Yo añadiría a esta definición que también hay una parte humana. Y justamente ese punto es el que más me gusta de mi profesión. Las personas. Trabajo por y para las personas.
Y a veces (a muchos compañeros de profesión) se nos olvida ese punto.
Es por esto que quiero que me acompañes en la reflexión, del todo personal, que quiero escribir.
Los arquitectos tenemos una responsabilidad social, proyectamos viviendas y son un derecho fundamental.
La casa.
Las casas nos acompañan a lo largo de toda nuestra vida. Por tanto, éstas deben de protegernos, deben evolucionar con nosotros, deben facilitarnos siempre la vida, mostrar nuestro estilo de vida.
Desde hace dos años que uno de los lemas del estudio es: “cuido de ti a través del espacio” y es que éstos deben cuidarnos también.
¿Y por qué lo digo?
Estudios de la OMS concluyen que pasamos entre un 80 y 90% de nuestro tiempo en el interior de los espacios construidos. Se especifica que entre un 60% y 70% del tiempo de nuestra vida lo pasamos en nuestros hogares. Sólo hay que pensar que dormimos de media entre 7 y 8 horas en un día que es un 30% de nuestro día. Es decir, que sólo en nuestro dormitorio pasamos un 30% dde nuestras vidas.
Recomendación: si quieres empezar a hacer algún cambio en casa ten presente tu dormitorio.
Si esto lo juntamos con otro estudio de la OMS en el que se indica que los espacios interiores están más contaminados que el aire exterior, las casas toman especial relevancia a la hora de proporcionarnos salud y bienestar.
Como dice Borja Vilaseca, bienestar viene de bien-estar, de estar bien, y si una casa ya sea por la zona donde se ha construido, por la orientación, por los materiales empleados, por malos hábitos de los usuarios a la hora de los mantenimientos y del uso, nos puede enfermar, entonces, no podemos estar bien, no estamos a gusto, no se disfruta ni se vive bien.
Vuelvo a insistir, en el papel que tenemos los arquitectos a la hora de aplicar criterios saludables y razonables que van más allá del marco normativo y técnico (ya sabemos que las leyes y normativas siempre van más tarde en salir), debemos considerar la salud de las personas como una materia transversal (que afecta a muchos ámbitos de nuestra vida más allá del concepto general que tenemos de salud: ir al médico, tomar vitaminas, hacer ejercicio, comer bien,…) y que a través de los espacios nosotros tenemos una responsabilidad social tanto de conocimiento previo de estos estudios como de pasar ese conocimiento a otros profesionales o usuarios. Aquí sale mi vena de formadora.
Ya dicen que la información es poder.
Hace un par de semanas asistí a una charla muy interesante de la mano de Kike de ArquiNatura y de Amor, una doctora especializada en pediatría (que integra ciencia y naturaleza) en la que se definia la salud como un punto de equilibrio entre cuerpo y mente. Que la salud se manifiesta como bienestar físico, mental y emocional.
En definitiva, calidad de vida.
Así que ahora es el momento de que tomes nota.
Te dejo una lista de 4 hábitos (que yo misma hago), muy fáciles, para que puedas hacer en casa y como quien no quiere la cosa, mejorar tu calidad de vida en casa porque…
¿Quién no quiere vivir bien y ser feliz?
- Siempre que puedas vive con el ritmo que nos marca la luz solar. Somos seres de ritmo circadiano. Si vamos a la raíz de la palabra, “circa” significa cerca o alrededor y “diano” significa día. Por tanto, es un ciclo que se repite cada 24h aproximadamente, es decir, el ciclo día/noche, luz/oscuridad natural. Evita la luz artificial por la noche, en todo caso, que sea una luz cálida.
- Ventila la casa. Cuanto más mejor. Un mínimo de dos veces al día. Ya hemos comentado que los espacios interiores están más contaminados que los exteriores. Cuesta de creer, ¿verdad? Aprovecha para ventilar al despertarte, al cocinar o al bañarte.
- Decora y viste tu casa con materiales naturales. Aquí sale una de mis pasiones. Las plantas. Aporta plantas naturales en casa, que además de ser un ser vivo que nos ayuda a filtrar sustancias nocivas que se encuentran en el aire, nos relajan y hacen que los espacios sean mucho más agradables.
- Usa de productos de limpieza naturales. Hay mucho publicado. Empieza poco a poco. Yo uso vinagre de limpieza+bicabornato+aceites esenciales. Si quieres más recomendaciones al respecto no dudes en escribirme. Empieza poco a poco, no te agobies. Se trata de tomar una decisión. Yo empecé con el producto de limpieza del suelo. Lo substituí por vinagre de limpieza más unas gotas de aceite esencial de lavanda. Luego a por el siguiente producto.
¿Por cuál vas a empezar tu?
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Espero que te haya parecido interesante.
Planteo seguir definiendo y acotando el confort o bienestar en próximas publicaciones ya que sigo leyendo y aprendiendo sobre el tema.
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Gracias por tu atención ¡siempre! y espero seguir compartiendo sabiduría y reflexiones entorno a la arquitectura y la vida que en ella habita.
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